Más allá de la música hay algo más.

Científicos del Centro Médico de la Universidad de Maryland han demostrado que escuchar música puede beneficiar al sistema cardiovascular tanto como cuando hacemos ejercicio o tomamos medicamentos. Michael Miller y sus colegas comprobaron que el diámetro de los vasos, medido en la parte alta del brazo, aumenta un 26% con nuestra música favorita. Tambien un estudio publicado por la revista Journal of Sport & Exercise Psychology dice que cierto tipo de música, fundamentalmente de los géneros rock y pop puede aumentar nuestra resistencia al ejercicio físico hasta un 15%.

Estos son ejemplos de lo que la música puede hacer a nuestro cerebro y a nuestro organismo, pero ¿QUÉ HAY EN LO ESPIRITUAL? ¿Tiene alguna influencia la música en el mundo espiritual?

"... ¡que me traigan un músico! Mientras el músico tañía el arpa, la mano del Señor vino sobre Elíseo."

Estas fueron las palabras de Eliseo en 2 Reyes 3:15, cuando el rey Josafat le pidió que profetizará. El pidió que le trajeran un músico que tocará arpa, pero ¿por qué? Según 1 Crónicas 25:1 David eligió personas especificas para el ministerio musical, para "...profetizar con arpas, salterios y címbalos..." Osea la música tiene un poder profético en el mundo espiritual. La música ungida y dedicada completamente para el Señor puede tocar su corazón y hacer que su gloria se manifieste a nosotros.

La Música no es un simple arte de entretenimiento, sino que transmite emociones, sentimientos y palabras declarativas ya sean negativas o positivas. Cuando en una canción declaramos virtudes de Dios, eso mismo viene a nosotros. Cuando decimos que Él es Admirable, sus Maravillas vienen sobre nosotros, cuando decimos que Él es Consejero, sus consejos vienen sobre nosotros, cuando decimos que el es Fuerte Dios, su fortaleza viene sobre nuestra debilidad, cuando decimos que Él es Padre Eterno, Él suple toda nuestra necesidad.

Debemos estar conscientes de la música que escuchamos y cantamos, pues con ella atraemos la bendición del Espíritu Santo o también podemos alejarla.

¡Dios les bendiga!